domingo, 6 de septiembre de 2015

Charla con Aleix Martínez

Aleix Martínez. Foto: Ivan Urban

Aleix Martínez, el bailarín catalán ganador de la primera plaza en el prestigioso concurso de ballet Internacional de Lausanne en 2008, integró las filas del Ballet de Hamburgo donde ha ido subiendo escalafones hasta convertirse en solista. Le hemos seguido desde sus inicios en la escuela de David Campos y en esta ocasión nos hemos desplazado a Venecia donde actuaba junto a su compañía en el Teatro La Fenice.

Carolina Masjuan

Después de una temporada llena de estrenos -y éxitos-, ahora en Venecia con la Tercera Sinfonía de Mahler y la próxima semana estreno de tu obra Origens en Collbató (Barcelona) ¿cómo se consigue llevar este ritmo?

Bueno yo soy una persona muy inquieta, siempre estoy con algo en la cabeza y además el trabajo del año pasado en Sant Pere de Rodes fue tan enriquecedor que no he dudado en volver a montar un espectáculo este verano en Cataluña.

Se estrena el próximo sábado 24 de Julio y cuento de nuevo con el músico de arpa José Antonio Domene con el que ya colaboré el año pasado en Sant Pere de Rodes. Se trata de una coreografiá inspirada en el interior de la montaña de Montserrat, las coves del Salitre de Collbató, un espacio increíble con una magnífica sonoridad natural que aportan las paredes de la cueva. Esta vez son sólo dos los bailarines, Marc Jubete y Josianne Fleming que están maravillosos. Cuando acabemos estas representaciones me voy directamente allí para acabar de ensayarlo, luego marcho a Kuala Lumpur donde me espera el ídolo de bronce de La Bayadère y luego a Melbourne para la exposición fotográfica sobre Nijunski.

Aleix como James en La Sylphide en Kuala Lumpur en 2014
¡Vaya agenda! ¿Y descanso cuando?

Unos días en la Costa Brava, como cada año, eso es imprescindible para desconectar, cargar pilas y sobre todo para inspirarme.

La tierra tira, tanto talento como tenemos y tan poco reconocimiento... ¿Qué crees que se podría hacer para que se dieran cuenta desde la administración del valor cultural que se está dejando escapar?

No sé cual podría ser la solución ya que es un tema de mentalidades y eso es muy complicado cambiarlo. Hay el Mercat que está bien para contemporáneo y nuevas propuestas, pero falta un circuito de danza clásica y neoclásica. Es como si sólo hubiera restaurantes de sushi y no se pudiese disfrutar de la dieta mediterránea, nadie lo entendería, pues pasa lo mismo con la danza, sólo se potencia un estilo, en cambio hay otro público que demanda clásico y neoclásico y casi no puede disfrutarlo en Cataluña.

Pero no hay que perder la esperanza, igual algún día se puede conseguir algo, somos muchos los que desde muchos ámbitos intentamos que las cosas cambien.

Tu espectáculo sobre Dalí (crónica en ballet y más aquí) debería haber girado....

Lo hemos intentado pero no ha habido interés, ni en el Mercat ni en varios teatros donde lo hemos ofrecido.

¿En qué momento te encuentras con el Ballet de Hamburgo?

He estado siempre aquí y estoy muy contento, me siento valorado y a la vez tengo libertad total siempre que no interfiera en la marcha de la compañía y si en alguna gala bailo repertorio de John (Neumeier) pido permiso y ya está.

El hecho de ser solista no implica tener más días libres, bailamos todos mucho. Él, al ser un creador, no sigue la jerarquía, sí que hay oportunidades más interesantes para los principales y solistas, pero no es estricto, todos bailan mucho en el Hamburg Ballet. Él lo que cree que es mejor para ese ballet, lo hace, eligiendo siempre a quienes pueden aportar más al rol en cuestión.

Aleix en Napoli. Foto: Holger Badekov
¿Bailáis también trabajos de otros coreógrafos?

Pocos. Este año hemos hecho Onegin de Cranko y hace unas temporadas varias piezas de Jerome Robbins, pero un 90 % del repertorio es de Neumeier. Este año se programó Tatiana, su versión de Onegin y consideró interesante que se vieran ambas versiones, así que por eso hicimos la de Cranko.

Una forma también de que el público vaya conociendo más sobre ballet ¿no?

Sí, en Hamburgo la afición es brutal, se sigue la compañía con entusiasmo, hacemos muchas funciones y siempre llenamos, el público es muy agradecido y sigue a la compañía con devoción. Piensa que hace 42 años que John está allí y la gente se siente muy orgullosa de tenerle. Él, por su parte, sábados y domingos también organiza programas didácticos, clases, ensayos abiertos al público. Es un trabajo muy consistente e interesante que el público sigue con expectación y que es fundamental para ir creando afición y una afición entendida.

En Alemania la danza se vive de forma totalmente distinta a España ¿no es así?

Absolutamente. En general Alemania es otro mundo, cada ciudad tiene su compañía más grande o más pequeña, de diferentes estilos, pueblos pequeños ya tienen su compañía de danza, a lo mejor de sólo diez bailarines pero ellos forman parte de la vida cultural y actúan en su teatro, con su orquesta... como ves ¡es otro mundo!

He visto que últimamente bailasteis en Omán ¿Cual fue el repertorio presentado allí?

Efectivamente, estuvimos allí y fue muy interesante ya que como cultura ¡es tan distinta a la nuestra! Viendo el espectáculo había poca gente local, mucho europeo que está afincado allí y turistas. Hay mucha diferencia de nivel de vida, así que pocos locales podían permitirse pagar la entrada. Era una pena que la mayoría de la gente de allí no pudiera acceder. Estuvimos seis días. El teatro era un palacio cedido por el sultán. Hicimos Cascanueces pero tuvo que pasar la censura y nos obligaron a cambiar algunas cosas. No podíamos brindar porque se presuponía que había alcohol. Tuvimos que hacer cambios en el vestuario, subir escotes, tapar torsos, incluso las estatuas del decorado por muy angelicales que fueran, hubo que colocarles hojas en puntos estratégicos. Para ellos no era un inocente ballet familiar.

Como ciudad no es muy interesante ya que está aún en construcción, pero tuvimos tiempo para visitarla y también para hacer alguna excursión por los alrededores, lo que se agradece.

Aleix en Messias de John Neumeier.
Foto: Markus Renner
Este año no ha habido ningún candidato español en Lausanne pero después de ti, otros dos catalanes, Sonia Vinograd (ahora en el ballet de la Ópera de Dresden pero que deja para incorporarse a la compañía de Oslo) y David Navarro Yudes (bailarín en el Royal Ballet de Londres), han obtenido beca. ¿Sigues el concurso?

De vez en cuando, no cada año, pero sí que intento saber qué pasa. Fue una experiencia muy enriquecedora, independientemente de si ganas o no, es importatisimo participar ya que es un escaparate para darte a conocer a compañías y maestros. Ver la energía y el sacrificio de la gente de todo el mundo, es enriquecedor. En general es una gran oportunidad y fue muy bonito.

Gracias a él, yo no he tenido además que vivir la experiencia a veces frustrante de las audiciones. No quiero decir con esto que lo haya tenido fácil, ya que el trabajo ha sido duro y está ahí, pero sí que fui a Lausanne y allí estaba Neumeier director de mi compañía preferida e inmediatamente tuve la puerta abierta y pude entrar sin problema.

Se dice que en Cataluña no hay tradición ¿tú qué opinas?

Pues que en Cataluña somos una fábrica de bailarines, pero esa cantera tiene que salir forzosamente para saber qué hay fuera y para poder bailar. No tienen otra opción. Y eso que hubo una compañía muy importante en el Liceu en la época del Maestro Magriñá, pero apenas si perdura su memoria y eso que me parece indispensable saber de donde venimos. Hay que recuperar esa historia, hay muchos maestros que salieron de allí, yo mismo me formé con David Campos, ex bailarín del Ballet del Liceu aunque ya en sus últimos años.

¿Cuáles son tus planes para el futuro?

Pues además de lo que te he comentado del estreno en Collbató y la Bayadère en Kuala Lumpur está el estreno en la MARS Gallery de Melbourne, Australia, de la exposición de la serie de fotografías sobre Nijisnky que me hizo la fotógrafa Kate Baker (más información y fotos aquí). 

La idea principal fue capturar la esencia de cada personaje, con diez fotografías. Fue un trabajo de documentación muy lento a través de la búsqueda y de consultar la casa-museo de John Neumeier que posee tanta información sobre Nijinsky: objetos, carteles, cartas, etc,... A partir de ahí me sometí a una transformación personal convirtiéndome en cada uno de los personajes que fueron captados a través del ojo de la fotógrafa. Se trató de un trabajo totalmente artesanal con cámara y revelado tradicionales y el resultado son una serie de fotos en blanco y negro muy potentes.

En la inauguración daré vida a las fotografías con una actuación en directo y luego habrá un debate abierto sobre Nijinsky, este trabajo fotográfico y sobre el proceso creativo. También me han pedido que hable un poco sobre mi trabajo como coreógrafo y contaré para ello con la música de la compositora Petra Salsjo. Todo muy interesante.

Aleix Nijinsky. Foto Kate Baker

Una vez allí también tengo previsto trabajar con alguna compañía con la que existe algún proyecto de colaboración como coreógrafo.

Y luego de vuelta a Europa y unos días de descanso en el Empordà, en Pals, en mi querida Costa Brava. Necesito esos días de relax y descanso allí, encontrarme con mis raíces, empaparme del aroma del Mediterráneo, oír música, descubrir cosas nuevas que estando en Hamburgo no me llegan. Por ejemplo el año pasado me cautivó la voz y la música de Silvia Pérez Cruz, contacté con ella y me cedió su música sin ningún problema para hacer una coreografía que presenté en Alemania con mucho éxito. Son mis raíces, mi principal fuente de inspiración, ellas y la naturaleza que me ha visto crecer. Gaudi lo decía y para mí también es así.

Esa pìeza tuvo muchísimo éxito, estoy pensando el año próximo hacer otra vez algo con su música, una música que ofrece muchas posibilidades ya que es muy difícil de clasificar. Me inspira mucho últimamente.

Bueno y sobre el espectáculo que veremos dentro de unas horas ¿qué puedes contarnos?

Pues es una obra de las primeras que hizo John en Hamburgo y aunque la bailamos hace unos tres años, no solemos programarla mucho. Hoy la veréis con música grabada ya que sólo una vez se hizo con orquesta porque es casi imposible hacerlo con música en directo. Seria carísimo porque Mahler fuerza mucho los instrumentos y hay mucha tensión en la música y si no está muy ensayado puede salir un desastre. Pero es un ballet magnífico en el que además hay muchos chicos, lo cual para mi está muy bien ya que siempre suele ser lo contrario y eso con John no pasa, él da mucho protagonismo al bailarín hombre. Estoy convencido de que disfrutaréis mucho. ¡Os espero a la salida y me contáis!

Aquí, en Venecia, la compañía ya estuvo en 2007 con «Muerte en Venecia» pero yo aún no estaba con ellos ya que me incorporé en 2008.


Son las 16:30 así que nos despedimos, él debe prepararse y nosotros ya aprovechamos para visitar los alrededores del teatro esperando la hora en que empiece la función en la Fenice. Una función que por cierto nos encantó y cuya crónica publicamos en Ballet y más aquí

Entrevista realizada en La Fenice – Venecia – el 17 de Julio 2015